Recuerdo que nos conocimos una noche,
era una noche especial,
una amiga cumplía años,
el silencio reinaba entre ambos,
no se escuchó pronunciar palabra alguna,
nuestros labios,
sellados,
nos impedían el poder conocernos.
Un día el sello de nuestros labios se desgastó,
y las palabras me ayudaron a conocer una persona obstinada,
decidida por luchar por sus metas y esforzada.
Una persona muy especial,
que el camino de la vida me logró presentar,
una persona de buenos sentimientos,
difícil de interpretar,
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